Finalidad del arte
Cuando uno hace lo que le gusta, como es mi caso, realiza esculturas, instalaciones, fotografías… Algo te llama la atención y no sabes porqué…, y lo fotografías. O bien sabes muy bien lo que quieres y vas a por ello.
A veces tengo afinidad por determinadas imágenes, escenas o ideas. Siempre con curiosidad de niño me acerco a los temas e intento aprender todo lo posible de cada herramienta, de cada sistema de trabajo, de cada material, pero, para enfrentarse a una obra artística no basta con saber qué vas a hacer, cómo lo vas a hacer, dónde, porqué y quién te lo comprará. Hace falta que sea de verdad una obra sentida, que sea ARTE, que salga de tus deseos, que signifique algo para ti, algo importante, algo tan fuerte como la vida, tan impactante como la muerte, o tan grande como el océano. Después, si tiene buena o mala prensa es otro cantar pero tu ya has dejado tu huella.
Las técnicas son muy recomendables si haces arte plástico, las academias te forman en ello pero casi siempre se les olvida «tu alma«, esa que queda allí adentro, esperando siempre a ser rescatada. Poder comunicar lo que a veces somos incapaces de expresar con palabras, a través de imágenes, modelados, dibujos o pintura es nuestro objetivo.
Las experiencias de vida a veces se transforman con fuerza en obras de arte, la vida está ahí, pero la transmutación solo puede surgir cuando los canales perceptivos están abiertos, existe belleza, la curiosidad es insaciable y el deseo de comunicación te impulsa. El fin último del «Arte» es impactar, transcender, comunicar, embelesar, excitar, provocar, a pesar de que las definiciones de la palabra arte tengan mas que ver con la técnica, es decir, la capacidad o el talento para hacer bien las cosas.
En definitiva, la creatividad pasa por la técnica y en éste sentido, el arte es sinónimo de habilidad, y de talento, no obstante, se suele considerar al arte como actividad creadora tanto en la interpretación de una realidad como de una imaginación(Según la Rae). Pero, yo me pregunto donde está el límite entre lo soñado, lo real o lo imaginario? Puedes estar en un mundo real y al mismo tiempo imaginario?, puedes estar en la imaginación y vivir una realidad surrealista? como escribió Apollinaire en 1917 en su obra surrealista «Las tetas de tiresias»: «Cuando el hombre quiso imitar la acción de andar, creó la rueda, que no se parece a una pierna. Del mismo modo ha creado, inconscientemente, el surrealismo… Después de todo, el escenario no se parece a la vida que representa más que una rueda a una pierna.»
Y ahí está el asunto en las distintas visiones de que disponemos dependiendo del emisferio del cerebro que queramos utilizar, como una profesora me dijo, en cierta ocasión, debes ser consciente de cuando trabajas con la intuición y cuando con la razón. Pero demasiada consciencia cuando se crea puede ser un exceso contraproducente, por ello dejo una frase de Jack Kerouac que nos puede aclarar cuan consciente y racional debemos ser para crear:
“La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!”.
Y ahí está el asunto, que puesto que las directrices en el mundo del arte oficial, se mueven bajo parámetros mercantilistas, por modas, por nombres, etc existen, han existido y existirán creadores que viven su vida al margen de éstos, para realizar sus propias obras, en sus limbos particulares.