La escultura de Rodin: Un paseo virtual de la mano del escultor Juan Up por el museo Rodin
¡La Escultura de Rodin en Paris, Me ha trastocado bastante!, el poder contemplar dentro de la escenografía de la ciudad, las monumentales obras en bronce, piedra y yeso del maestro Rodin.
He podido «dialogar» con él y encontrar caminos perdidos en el tiempo. Estilos y técnicas a experimentar, además de procesos, creatividad, fotografía en la escultura.
Ha sido un exceso de emoción el que he sentido, sin llegar la mal de Stendhal, pero con la sensación de «¿cómo no había estado antes en éste museo?»
La escultura de Rodin en el Museo Rodín una experiencia para los sentidos. Punto de vista del escultor Juan Up
Creo que Rodin proyecta sus obras a través de múltiples parámetros: Perspectivas, sueños, escenografías, puntos de vista, relieve, realidad, anatomía o luz. No me olvido la época que le tocó vivir, donde el canon neoclásico era el imperante.
Auguste Rodin bebe del Impresionismo de su época. Es considerado «el padre de la escultura moderna». Gracias a ese tipo de modelado aparentemente basto, la escultura de Rodin pone de manifiesto la capacidad de expresión y el dinamismo casi impresionista de sus obras.
Deja la pura realidad al margen, para expresar desde la frescura de las masas, las distintas emociones. La sobrecarga de belleza, expresividad y vida que Rodín transmite en sus obras es sobrecogedora. Pero además, el punto de vista es analizado e interpretado, desde todos los ángulos que dan el movimiento de vida y el punto de la historia en sus grupos.
Aunque la formación fué neoclásica, aún sin ser admitido en la escuela de bellas Artes,
La escultura de Rodin es muy innovadora para su época, y comienza el camino de la escultura moderna. Navega entre los estilos del academicismo decimonónico, el impresionismo y el romanticismo más emotivo.
Entiendo a Rodín porque en mi vida me he sentido identificado por el maestro, muchas veces. Rodin tuvo una adolescencia trabajadora y ornamental, donde ayudaba, en sus comienzos, a los maestros escayolistas. Con ellos impregnaban París con los finos yesos que embellecieron la ciudad. Por mi parte en mis primeros años de carrera tuve que interpretar las obras de los maestros decimonónicos franceses, como Moreau o Clará en bronce. Ésto me llevó a adquirir una gran capacidad para el realismo y las proporciones.
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El uso de la luz otro aspecto que me impresionó
Cómo el modelado de la luz domina sobre la forma, sus pátinas impregnan la escultura, con un nivel de calidades, destellos y detalles impresionantes. Como los bordes contrastan en su pulido entre la luz y la sombra.
Las pátinas que el escultor imprime en sus obras son auténticas pinturas en superficie. Sus obras no serían lo mismo sin las pátinas de Rodin.
En aquellos años se embellecieron las ciudades neoclasicas y Paris se convirtió en la ciudad de la perspectiva con numerosos encargos para Rodin.
Rodín y su escultura encontró su estilo al margen de la talla en piedra entre el neoclasicismo y las vanguardias
Convive y trabajar en el periodo del neoclasicismo, encontró su estilo al margen de la talla en piedra. Quiso acentuar en ese mundo que le tocó vivir, parte del tradicional neoclasicismo, y parte de las nuevas corrientes como el impresionismo y las incipientes vanguardias .
Del neoclasicismo, me quedo con la idealización de muchas de sus figuras, pero me sorprende el nivel de perfección en el retrato de ilustres personajes de la época. Retratar en escultura, es extremadamente difícil, ya que se requieren especiales dotes para la visión tridimensional y la medida. Esas dotes fueron liberadas de la esclavitud del modelo, a través de encargos libres, gracias a su prestigio conseguido con la figura de San Juan bautista.
Rodín usó fotografías para sus retratos y modelos. la fotografía comenzaba a ser considerada como un apoyo para los artistas sin ser aún un Arte es si mismo. Aunque al parecer se inspiraba en sus modelos que libremente recorrían el taller. Encontraba así el movimiento, el instante, de una forma natural, en constante movimiento.
Rodín fue acusado de utilizar fotografías
Para él solo eran un medio para un fin. De hecho en el museo Rodin hay unos prismáticos colocados a cierta distancia de las puertas del infierno de Dante. Con ellas se puede observar con la perspectiva adecuada cómo son las figuras, ya que el punto de vista inferior no es el mas idóneo. Esta combinación de perspectiva, distancia, proporción, y cánon, pudo hacer de sus estructuras, algo innovador en el mundo las bellas artes.
Junto a Rodin se encontraba la inestimable colaboración de Camile Claudel y la controvertida historia de amor y desamor que supuso para Camile la potente figura de August Rodin. Aunque Camile fue admitida en el taller de Rodin y realizó muchas partes de los trabajos del maestro, como manos y pies de las esculturas en barro, su influencia mutua fue por el amor y la atracción que se tenían. Tras el ingreso de Camile en la escuela de Bellas Artes, Rodin hacía una sustitución del profesor Paul Dubois y fue entonces cuando comienza su relación con Rodin para hacer las puertas del infierno, donde pudo modelar algunas de las figuras. Pero la diferencia de edad era notable 42 años Rodin y 19 Camile y surgieron los problemas. Asi se siente Rodin una tarde con Camile:
él le escribió una carta de amor:
«Feroz amiga mía
[…] Esta noche, recorrí (durante horas) sin encontrarte, nuestros lugares, ¡cuán dulce me sería la muerte! ¿Por qué no me esperaste en el taller? […] Camille, mi amada a pesar de todo, a pesar de la locura que siento venir y que será obra tuya si esto continúa, ¿por qué no me crees? Abandono mi Dalou, la escultura; […] Hay momentos en los que francamente creo que te olvidaré. Pero en un solo instante, siento tu terrible poderío. Ten piedad, malvada. No puedo más, no puedo pasar ya un día sin verte. Si no, la atroz locura. Se acabó, ya no trabajo, divinidad malhechora, y sin embargo te amo con furor. Mi Camille, tranquilízate, no tengo amistad con ninguna mujer, y toda mi alma te pertenece.
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No puedo convencerte y mis razones son impotentes, mi sufrimiento no lo crees […] Déjame verte todos los días […] no dejes a la fea y lenta enfermedad apoderarse de mi inteligencia, el amor ardiente y tan puro que siento por ti, en fin, piedad querida, y tú misma serás recompensada.»
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