La procesión llegará hasta la escultura dónde la banda Maestro Ibáñez tocará el himno de la Vírgen de Consolación, compuesto por el propio Ibáñez, que además es el himno que la ciudad de Valdepeñas dedica a su Patrona
El cura de Valdepeñas guiará a la Vírgen en la procesión del día 8 de septiembre, para encontrarse con el Maestro Ibáñez Fernández, inmortalizado por el escultor Juan Up. Por su parte, los músicos que forman parte de la agrupación que lleva su nombre, interpretarán el himno de la «Virgen de Consolación» o himno de»La patrona» y se poondrán de pié todas las almas , al sentir que la composición del maestro Ibáñez, más de sesenta años despuées, sigue desbordando los corazones de los valdepeñeros y valdepeñeras siendo luz y guía para sus esperanzas.
Será un portal de comunicación entre dos mundos, el de ayer y el de hoy, además de un momento entrañable en el que la banda del maestro ibáñez tocará su himno, estableciendo el vínculo con la fuente primigenia de la música valdepeñara, al enlazar el momento de su partida de este mundo, con la llegada a su plaza de arte, musica y emoción alrededor de su figura.
Siempre hay alguien que comienza un camino y muchos lo siguen. Lo importante es el mensaje que ese camino nos aporta.
Además es importante resaltar que el maestro Ibáñez Fernández falleció el dia 8 de septiembre, justo cuando se estaba tocando el himno compuesto por él a la «La Vírgen de Consolación». Será un momento entrañable de mucha emoción y respeto, por el aniversario de su muerte, por el día de la virgen y por la inauguración de su escultura. Sin duda, la historia siempre hace justicia a sus ídolos.
Las diferentes religiones suelen hacer referencia a los Idolos, pero habría que distinguir entre el buen ídolo y el malo. El bueno siempre te da valor y fuerzas para continuar en los peores momentos. En este sentido, la familia Ibañez fue realmente una fuente de inspiración para las generaciónes de músicos que vendrían después, educando a miles de ellos y ello, sin duda, es bueno… Pero cuando, además, se juntan la devoción, la procesión, la música, la coral y la escultura que Juan Up ha dedicado al Maestro, es inevitable que, como ocurre con los vapores y efluvios de los buenos vinos que riegan este lugar de La Mancha, se genere un envolvente y casi místico caldo de cultivo que exalte los sentidos de cientos de personas. El espectáculo, sin duda será propicio para la unión de los ciudadanos, la visita turística y la valoración de las artes. No olvidemos la teatralidad de las procesiones, y la teatralidad de la escultura de Juan Up que nos muestra a un director de orquesta que interpreta ese segundo mágico, donde el tempo de todos se ha congelado en la unión de todos los corazones. Y así, burlándose del tiempo, el maestro ibáñez volvió a dirigir a su orquesta…